sábado, 25 de febrero de 2012

NO DEIS DE COMER AL TROL

Una de las nuevas expresiones que nos ha traído la nueva era internauta es la de: “no deis de comer al trol”. Hace poco cuando escuché esta expresión me hizo muchísima gracia, pero mi ignorancia en el terreno de orcos, troles y otro tipo de seres frikis unido a mi ignorancia internáutica me hizo preguntar acerca de la misma. (De lo único que yo conozco a los troles es de "David el gnomo".)

Me explicaron que cuando en foros había un pesado, una persona que se dedicaba a molestar y a intentar reventar el foro, el buen ambiente, se le denominaba trol. Y para boicotearlo lo que hay que hacer es ignorarlo, no darle de comer, de ahí que algún forero sugiera. “no dar de comer al trol”.

Entonces me di cuenta de una cosa, hacía muchísimo, muchísimo tiempo que no actualizaba el blog. A pesar de seguir recibiendo preguntas y dudas, tenía un sector “trol”. Me di cuenta que no era “la House” de las bloggeras, si no que lo que estaba haciendo era gastando mis energías en dar de comer a troles en vez de escribir sobre algo que cada vez que hablo de ello se me ilumina la cara: “la cosmética”. El efecto que tienen en mi los troles es de agotamiento y de dejar de escribir acerca de algo que cada vez que hablo de ello se me ilumina la cara: “la cosmética”. Como en el bosque de la vida hay también hadas, náyades, sirenas, elfos y otro tipo de seres fantásticos, creo que me debo a ellos para que disfruten de la cosmética a través de este blog.


En mi mente cosmético-estructurada me di cuenta de un trol que tenemos en nuestra piel, sólo que a este  hay que darle de comer. Antes de hablar de este trol, dejadme que os presente a nuestro amigo el colágeno.

Siguiendo con la serie de antienvejecimiento, no puedo dejar de hablar del colágeno. El colágeno es una proteína que tenemos en nuestra piel. Tenemos muchos tipos de colágenos y uno de ellos que se encuentra en la piel es el que nos interesa. El colágeno es para nuestra piel nuestro sustento, es el esqueleto de nuestra piel. Lo que pasa es que nuestro esqueleto va poco a poco desmoronándose con el tiempo. Lo que se traduce en falta de tono y flacidez en la piel. Cuando la cara se nos descuelga se nos pone una cara de tortuga, caída para abajo.


Es cierto que nuestro cuerpo tiene fecha de caducidad y que evidentemente nuestro colágeno también. A medida que pasa la edad se va regenerando cada vez más lentamente. Y aquí viene una mala noticia, los colágenos que se usan en las cremas son unas moléculas gigantes que sirven como material de relleno, no tienen capacidad de penetración en la piel, sirven para el efecto “soft-focus” (Ver el artículo: “Que no te den calabazas, como a Cenicienta”http://laingenieriadeloscosmeticos.blogspot.com/2010/04/que-no-te-den-calabazas-como-cenicienta.html). Hay un champú con colágeno que actúa como relleno, para cabello estropeado.

Aunque ya hablaré en otro artículo acerca de si merece la pena gastarse dinero en champúes con muchos principios activos.

Yo soy partidaria de formular cremas con principios que formen parte de nuestra piel, para introducirla elementos afines y no ajenos a la misma. Pero si resulta que el colágeno no va a penetrar, menuda tontería comprar cremas de colágeno, ¿no? Pues yo sí me compraría una crema de colágeno porque HAY QUE DAR DE COMER AL TROL.

Resulta en nuestra piel tenemos en yin y el yan. Y si el yin es el colágeno que es nuestro esqueleto, el yan es una enzima que le encanta comer colágeno. He ahí el trol. Y además estas enzimas con el paso del tiempo se vuelven más y más voraces. ¿Por qué no engañar a estas enzimas y darles colágeno externo para que no se coman el nuestro? Definitivamente, si queremos preservar nuestro colágeno se debería dar de comer a estas voraces enzimas. Aunque he de deciros que si bien hay un colágeno que sirve como material de relleno,hay también colágenos formulados para que sí penetren en la piel. Se coge este colágeno y se trocea, se hidroliza, se le hace apto para que se funda con la estructura del colágeno y mantener la misma. La estructura del colágeno es de triple hélice en forma de maraña. Un apunte muy rápido porque también lo trataré en otro artículo, el tema de estrías. Cuando se nos forma una estría se rompe la estructura de nuestra piel, es importante que nuestra crema antiestrías tengas una buena cantidad de colágeno para reforzar toda esa estructura.

Deciros que desde mi punto de vista, es tan válido utilizar cremas de colágeno como cremas de péptidos, ya que los péptidos son los precursores del colágeno.


A modo de resumen deciros que el colágeno en cremas tiene tripe acción, como la tripe hélice que es:

1.- La de fundirse con la estructura de colágeno de nuestra piel para reforzar el esqueleto. Será una molécula de colágeno de menor tamaño.
2.- Material de relleno, moléculas de mayor tamaño.
3.- La de proporcionar sustento a esas enzimas comilonas que tienen como plato favorito nuestro colágeno. Por eso, no os podéis de olvidar de DAR DE COMER AL TROL.


Dedicado a Irene Romero; una enamorada de la cosmética (http://ireneromeromakeup.blogspot.com/)