Antes de adentrarnos en profundidades del mundo cosmético es necesario definir lo que es un cosmético, para que así sepamos lo que sí es un cosmético y lo que no es y no nos engañen aunque sea como consumidores a la hora de comprar uno.
La definición de cosmético según la ley, Real Decreto 1599/1997. Porque lo que sí pretendo con este blog es dar información lo más rigurosa posible y fidedigna:
“Un cosmético es toda aquella sustancia o preparado destinado a ser puesto en contacto con las diversas partes superficiales del cuerpo humano (epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales ex
ternos) o con los dientes y mucosas bucales. Con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto o mantenerlos en buen estado”.
Por tanto, un cosmético:
1- Trata la piel sana, una piel enferma la trata la medicina: No son cosméticos, o si os lo venden como cosmético huid de ellos, sustancias que tratan la dermatitis, inflamación, quemaduras… 2- Los cosméticos son inocuos. Hay que tener en cuenta que un cosmético se debe poder utilizar a diario, se utiliza incluso a veces hasta el final de nuestra vida (por ejemplo, la pasta de dientes, crema hidratante…), s
e aplica en grandes superficies de la piel y la deben poder utilizar los niños, embarazadas y ancianos.
3- Como bien dice la definición, penetran hasta la epidermis. La epidermis es la estructura más superficial de nuestra piel, después vendría la dermis, el panículo adiposo, la zona muscular, de riego sanguíneo, nervios… Ahora reflexionar sobre si alguna crema puede tener “efecto botox” si por ley no puede penetrar más al
lá de la epidermis. Trataré en otro artículo cremas con una posible mayor penetración y hablaremos de vectores cosméticos y nanoemulsiones (pero no dejéis que vuestra imaginación os juegue una mala pasada, como mucho penetran hasta la dermis).
4- No importa la vía de comercialización de un cosmético: supermercado, franquicia, farmacia,
salón de belleza, gran superficie, perfumería, herbolario… TODOS SON COSMÉTICOS y los cosméticos que se comercializan en España tienen que tener una autorización emitida por la Agencia del Medicamento y Productos Sanitarios.
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